Por Victoria Amarilla y Milagros Basualdo 6ºD
A las seños Ale y Silvia.
Agradecimientos:
A la señorita Mariana con la
que estamos realizando
la escenografía de la obra de teatro.
A Carolina por ayudarnos a conocer
mucho sobre Francia.
Colaboraron en la corrección de
los borradores:
Guerrero Sofía; Cuenca Carmen;
Espinosa María de los Ángeles;
Barrios Rocío; Meza Liz;
Díaz Marcos; González Rodrigo;
Todo comienza en Francia, en una época donde había mucha inseguridad,
específicamente en el Siglo XVII. El rey tenía, por suerte, un pequeño grupo de
mosqueteros que velaba por la seguridad de toda la ciudad.
Una mañana cuando
se puso su corona descubrió que le faltaba una piedra, era un diamante de gran
tamaño. Enorme fue su asombro cuando vio que también a la de la reina Ana le
faltaba un rubí. Sin pensarlo el rey llamó a los mosqueteros.
Ellos sospechaban de muchas personas:
-Doña Amelia, dueña de una gran fortuna,
siempre estuvo interesada en esas dos piedras que tenían las coronas de los
reyes.
-Don Augusto Cesar, él nunca tuvo en sus manos dos joyas como
esas, no había duda que era él.
-El Cardenal Richelieu, siempre odió a
los reyes y fue el culpable de todos los robos del reino.
-Don Miguel, vendía piedras preciosas y pagarían mucho por
esas dos.
Los mosqueteros
se dividieron para investigar a cada sospechoso.
Porthos fue a
seguir a la joven Amelia.
Athos decidió
seguir a Richelieu.
Aramis siguió a
Augusto Cesar.
D’Artagnan aceptó
seguir a Don Miguel.
Athos logró hacer su trabajo rápidamente y descubrió que el
cardenal no era culpable del robo.
Porthos al estar
frente a una mujer, no pudo averiguar nada. Al no concentrarse bien porque le
gustaban mucho las damas.
Aramis estuvo muy
aburrido con la idea de seguir a Augusto César y al poco tiempo volvió a sus
viejas andanzas.
D’Artagnan supo
desde el principio que Don Miguel no era el culpable.
Lo que Athos no
sabía era que Milady había estado ocultando la culpabilidad de Richelieu y que
él destruiría las preciadas joyas.
La investigación
de los mosqueteros no estaba dando buenos frutos y Richelieu estuvo ganando una
fortuna haciendo copias de las piedras.
Un día Porthos se encontró con la Joven Milady cenaron
y fueron a la casa de ella. Él, como acostumbraba hacer, recorrió toda la casa
de la muchacha. Grande fue su asombro al encontrar una habitación repleta de
copias de diamantes y en una caja de cristal se hallaban las piedras
originales. Las guardó y se las llevó a los reyes. Como recompensa el rey les
dio la llave de Francia y a Richelieu lo llevó a un calabozo hasta el fin de
sus días.
Ilustrado
por Sofía, Alexis, Ruth, Carmen, Pablo,
Victoria,
María de 6ºC
y 6ºD
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