Un hombre llamado Richard se había robado una calabaza en noche de brujas. Era una calabaza muy grande la que se había robado y tenía un aspecto tenebroso. Rápidamente se la llevó a su casa para que la dueña no lo viera.
Sin embargo, esa calabaza era del césped de una bruja pero él no se había dado cuenta de quién era esa calabaza que parecía bien dulce.
Al día siguiente se levantó a comer su rica y dulce calabaza, pero al sacar el cuchillo “bum” se iluminó la calabaza y Richard dijo:
-¡No creo que haya prendido la luz, es imposible que haya prendido una luz por dentro esta calabaza! debe ser por lo que no me lavé la cara, pero primero como y después me voy a bañar.
Acercó el cuchillo y se iluminó aún más. Richard dijo:
-No, no puede ser, me voy inmediatamente a dejar esta calabaza donde estaba. Soy un metido, esta calabaza está embrujada.
Richard iba gritando por las calles hasta que llegó a la casa de la malvada bruja, tocó la puerta: - pum, pum, la bruja preguntó:
- ¿Quién es?- con una voz de mala, y Richard contestó:
- Soy yo le vine a devolver su calabaza, que le he robado ayer por la noche, ¿se acuerda?-contestó con mucha voz de miedo.
La bruja le abrió la puerta y dijo:
-Gracias querido por traer la calabaza tan dulce, porque si no la traías morirías, y luego no existirías, ¡¡¡ja, ja , ja!!!- se reía la bruja.
Richard salió corriendo a su casa y se quedó con la intriga de por qué la bruja le dijo que se moriría, él se quedó pensando dos horas, después supo qué hizo la bruja para decirle eso. Richard pensaba: - Así ella la embrujó la calabaza, para que yo se la llevara y así me mataba. Richard muy enojado salió volando en avión . hasta Alemania.
No quería vivir más en ese lugar, entonces se fue muy lejos, así estaba lejos de la muerte
es perfecta y es corta
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