Jack y el ogro
por alumnos y alumnas de 3ªB
Dedicamos nuestro cuento a
los directivos,
familias,
amigos,
a nuestro maestro Cristian
y a nosotros.
¡Que lo disfruten!
Había
una vez un niño llamado Jack, que un día fue de paseo con sus compañeros de la
escuela al parque Rivadavia. Por las dudas al llegar comenzaron a buscar sapos
por si veían a un ogro, ya que sabían que todos los ogros les tenían miedo a
esos batracios.
A medida que los iban
encontrando los colocaban en pequeñas bolsas. Jack se distrajo y se fue
alejando de sus compañeros, cuando quiso volver ya se encontraban muy lejos.
Entonces
se sentó en un banco cerca de un viejo farol que apenas iluminaba. Fue enorme
su sorpresa cuando se dio cuenta de que a su lado estaba sentado nada menos que
el maléfico ogro. Quiso hablar y no pudo, sus piernas comenzaron a temblar y
abundantes lágrimas empaparon su carita. Entonces sintió una mano cariñosa que
lo acariciaba.
-No tengas miedo. No
te voy a hacer nada-le dijo el ogro despacito
-Pero
si vos sos malo, requetemalo-respondió Jack, y luego le preguntó- ¿qué hacés
acá?.
-Yo
no soy malo- le respondió el ogro suspirando. -Te cuento algo, en un rato nos
juntamos a jugar con mis amigos-.
-¿Todos
los malos juntos?- preguntó Jack
sorprendido.
-No
somos malos, sacate esa idea de la cabeza. Son los escritores de cuentos
infantiles los que nos hacen mala fama. Te lo juro por mi honor. No hacemos mal
a nadie.
-¡Ah
bueno!- dijo el niño sonriendo.
-Y
decime ¿qué llevás en esa bolsita?, ¡espero que no sean sapos!-.
-No,
no conseguí ninguno, es un escuerzo- contestó Jack casi avergonzado.
-
¡Bien! A esos no les tengo miedo. Mirá llegaron mis amigos. -¿jugamos?- le
preguntó el simpático ogro a Jack.
Entonces
el buen ogro y sus amigos junto al niño se divirtieron mientras se acercaban
los demás niños sorprendidos por lo que veían.
-Vamos
no tengan miedo- les gritó Jack.
Y en medio de la plaza,
bajo el sol brillante, resonaron las carcajadas de todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario