Los
chicos de 5ºB dedican este cuento a
toda
la familia de la escuela 20
En un país lejano
vivía Gereneas y su mascota Beltrán que era una rata de color blanco. Ellos
dormían en una iglesia abandonada alejada de la ciudad. Una noche Gereneas
entró al palacio para robar comida y los guardias lo llevaron a la cárcel, para
atraparlo le dieron un golpe en la cabeza y se desmayó. Cuando se despertó se
dio cuenta de que estaba en un calabozo y Beltrán estaba en el bolsillo de su
ropa.
En la cárcel
conoció a un anciano de aspecto
desagradable que nadie había visto antes
.El anciano propuso ayudarlo a escapar a cambio de que Gereneas hiciera algo y
le dijo:
-Si querés que te ayude a escapar, a
cambio tendrás que ayudarme a encontrar
la cueva encantada, y por tu trabajo te
pagaré con monedas de oro-.
El anciano le contó que hacía años existía la
historia de una taza de oro mágica. Decían
que si colocaban algo dentro de ella lo convertía en oro y al parecer estaba
escondida en la cueva encantada.
Gereneas aceptó
escapar y ayudar al anciano a encontrar la cueva. Hicieron un túnel para poder
salir, estuvieron día y noche trabajando entre los dos hasta que escaparon.
Viajaron en
camello por el desierto durante muchos días y por las noches descansaban.
Gereneas le preguntó al anciano que pensaba hacer si encontraba la taza de oro
y el anciano respondió:
-Voy ayudar a la
gente del pueblo para que no pasen
necesidades-.
Gereneas le creyó porque no sabía que el
anciano era un brujo que quería mandar al pueblo y tener todo el poder.
Cuando estaban
muy cansados y el sol no los dejaba seguir, se bajaron de los camellos y de
pronto una cueva se levantó delante de ellos reconociendo la llegada del elegido, solamente el brujo
sabía que Gereneas era el único que podía abrir la cueva.
El joven
entró a la cueva con su amigo Beltrán y
vio que estaba llena de objetos de oro, plata y piedras preciosas y en un altar
había un cofre con la taza de oro. Entonces agarró la taza. En ese momento la
cueva se cerró antes de que le pudiera dar la
taza al anciano. Pero como él era el elegido, logró salir atravesando la
arena y llevándose la taza de oro y a su amigo Beltrán.
Cuando llegó al
pueblo les contó a todos lo que le había pasado pero nadie le creía. La
princesa Herabe se enteró de lo que había pasó y fue la única que le creyó,
porque ella ya había vivido esa experiencia con el brujo, pero como no era la
elegida la cueva no se había abierto.
La
princesa anunció a todo el pueblo que Gereneas decía la verdad. Con ayuda de
los guardias del palacio Real lograron atrapar y meter preso al brujo. La taza mágica quedó guardada en una
habitación del palacio cuidada por muchos guardias.
Gereneas y la
princesa hicieron una gran fiesta para festejar su casamiento, invitaron a todo
el pueblo y vivieron felices para
siempre.
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