Un día, en una cueva, había un dragón llamado Orff que tenía un amigo, el mago Juan.
El mago le avisó que, en un reino muy lejano, había un dragón que contra su voluntad debía custodiar la torre en la que estaba la princesa, pero no sabía dónde quedaba.
El mago le avisó que, en un reino muy lejano, había un dragón que contra su voluntad debía custodiar la torre en la que estaba la princesa, pero no sabía dónde quedaba.
Orff
convenció al dragón que custodiaba para que soltara a la princesa.
El mago, el
dragón y la princesa corrieron, corrieron y corrieron hasta que se cansaron. Se
sentaron en un tronco caído, estaban felices y nerviosos por la gran aventura
vivida.
El mago y la
princesa subieron al lomo del dragón y volaron muy alto. Luego Orff dejó a
Fiona en su castillo, a Juan en la aldea y él volvió a su cueva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario