Vida de piratas por 3ºD

Hace mucho tiempo, en la isla Tortuga, vivía un pirata de pelo largo, parche en el ojo (porque él pensaba que le quedaba bien,  no porque no tuviera ojo) y dientes picados y negros. En una de las peleas perdió  parte de su pierna y tuvo que ponerse una de palo.

Vestía pantalón rojo, chaqueta negra, camisa blanca con una calavera, un cinturón con espada y pistola,  pañuelo,  sombrero y muchas cadenas de oro y anillos. Como mascota tenía un mono llamado Coco, muy juguetón y curioso que siempre lo metía en problemas.

Juan Mala Pata era ambicioso y quería encontrar muchos tesoros porque quería ser el rey de los piratas. Un día salió con su barco “El Furioso” y estaban navegando cuando de repente sintieron un movimiento raro y se dieron cuenta de que era el pulpo gigante que lo movía. Ya  habían escuchado a otros hablar del pulpo, ellos  habían salido preparados con cañones extras y empezaron a dispararle. Le dispararon, en cada tentáculo, sogas con ganchos para tirar de él y vencerlo. La lucha fue dura pero lo lograron  y siguieron su viaje.

El resto  fue tranquilo hasta que 
de pronto escucharon el canto de las sirenas y Mala Pata ordenó taparse los oídos con algodón y cera para no caer en su trampa. Y así siguieron el viaje.

Una noche vieron una pequeña luz a los lejos, Mala Pata pidió el catalejo y pudo ver que era una fogata en una isla. Se acercaron de a poco, Mala Pata desembarcó con dos hombres más, caminaron y de pronto quedaron sorprendidos porque encontraron a una mujer muy linda de nombre Matilda, la poseída. Ella les contó que su tripulación la había dejado ahí porque era la única mujer pirata del barco y no quisieron repartir con ella el tesoro que habían encontrado.

Entonces  Juan Mala Pata ofreció llevarla en su barco porque él se enamoró de Matilda.

Siguieron el viaje hasta que por fin un día llegaron a la Isla de la Calavera, desembarcaron y empezaron a buscar con el mapa  el lugar donde estaba el gran tesoro. Tardaron cinco días en encontrarlo, era enorme. Era tan grande que pudieron repartirlo entre todos y dejar de ser piratas.

Juan y Matilda se casaron y vivieron felices para siempre.