viernes, 24 de octubre de 2014

El hombre de la máscara por 6ºA



Esta historia comenzó una noche de tormenta en la mansión del señor Román Wall, dueño de una enorme fortuna, que tenía solamente una heredera, su sobrina Elena Wall, la hija de su hermano Axel  que había muerto hacía algunos años. Esa noche alguien entró en la mansión y robó de la caja fuerte el ojo del faraón, un enorme rubí muy valioso.

 Al día siguiente encontraron que faltaba la joya, estaba todo desordenado y habían dejado una máscara en el escritorio con un mensaje que decía: si quieren recuperar el ojo del faraón deberán pagar cinco millones de dólares, otro día daré más instrucciones, firma: la máscara.

Luego de leer la nota el señor Román y su sobrina decidieron llamar al detective Mike Malon para que investigara el robo.
El detective se presentó y empezó a preguntar para poder resolver el caso, comenzó por el señor Román.

-Señor Román ¿Hace cuántos años usted es dueño de esa joya llamada el ojo del faraón?
-Es una herencia, está en la familia hace muchas generaciones, es una joya que perteneció a un faraón egipcio, mi bisabuelo contaba que la descubrieron en una expedición  buscando tesoros y desde entonces nos perteneció.
El detective siguió haciendo preguntas:
-Señor Román, ¿usted no tiene más familia que su sobrina?
-No, no tengo a nadie más, mi sobrina Elena es mi única heredera,  cuando mi hermano menor, Axel, murió trágicamente en un incendio  me hice cargo de Elenita, ella era una niña. Ema, su  madre, era una bella mujer que había quedado viuda muy joven, pasaron los años y me casé con ella, adopté a mi sobrina pero siempre me llamó tío, no quería que se olvidara de su padre, mi querido hermano.
-¿Y qué paso con su esposa, la señora Ema? -preguntó muy interesado el detective.
-Mi esposa falleció hace unos años, siempre tuvo una salud muy delicada.
El detective  Malon  siguió  haciendo preguntas  a Román sobre el accidente de su hermano, le preguntó cómo y dónde había muerto.
El señor Román dijo que de ese tema no quería hablar  frente de su sobrina, era algo muy triste para que ella lo escuchara, entonces Malón le pidió a Elena que se retirara para poder conversar con su tío.


Cuando Elena  salió de la sala, el detective le comunico al señor  Román que la tumba de su hermano se encontraba vacía, que no había restos humanos, solamente piedras.
Román asombrado no entendía lo que estaba diciendo el detective, se quedó pensativo, empezó a temblar y de pronto le dijo a los gritos que se fuera de su casa, que era un loco delirante.
Pero el detective le pidió al señor Román  que se calmara así podría contarle sus sospechas. Tomaron asiento y  Malón  empezó a relatar su investigación.
Y comenzó así: el día que usted llamó a mi oficina para denunciar el robo de la joya comencé a investigar sobre su familia y el origen del ojo del faraón, y descubrí que su familia  tenía una tradición y era que el hijo mayor heredaba la joya.Ese testamento estaba en la caja fuerte de la mansión que se incendió el día que su hermano murió.
Llegué a la conclusión de que su hermano, Alex,  esa noche había ido a destruir el testamento pero tuvo mala suerte, algo salió mal y seguramente tuvo quemaduras muy graves, por eso decidió desaparecer y simuló su muerte para que no vieran como había quedado desfigurado.
Estuve hablando con la gente de un pueblo alejado de esta ciudad y contaban que siempre veían por las noches a un hombre con la cara cubierta con una máscara, nadie sabía su nombre, lo llamaban el hombre de la máscara, jamás pudieron ver su cara y algunos decían que se ocultaba detrás de ella para tapar su deformidad.

 -No lo entiendo, dijo Román…
-La razón es muy sencilla , cuando vio su cara después del incendio decidió ocultarse para que nadie lo viera y planeó robar la joya para tener dinero y poder operarse en Europa, no soportaba que lo vieran así.
Con el paso de los años su odio creció cada vez más y cuando se enteró que usted se había casado con la señora Ema se hizo inmenso. Eso es lo que cuenta en el pueblo, parece que cada vez que iba al bar se emborrachaba y soltaba la lengua contando detalles de su vida,  pero nunca dio ningún nombre, solo hablaba de personas sin nombres ni apellidos.
De pronto abrió la puerta Elena y le dijo a su tío que había escuchado todo y que ella quería recuperar a su padre. Le pidió ayuda al Malón para que lo encontrara y lo trajera a su casa.
El detective  prometió intentarlo, salió con los agentes y esa misma noche lo encontraron tirado en la ruta, había chocado contra un árbol, junto a él estaba la preciosa joya, una botella de whisky vacía, y la máscara colgando de su cara, Alex, esta vez sí había muerto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Este es un espacio donde iremos publicando trabajos y hechos importantes de nuestra escuela.