abía una vez un dragón que se llamaba Gastón.
Era muy especial, ya que tenía el
poder de hacerse invisible, podía cambiar de forma y transformarse en lo que él
quería.
Vivía en un bosque encantado, con cascadas y ríos de aguas cristalinas, pastos
verdes y brillantes, cubiertos por flores de todos los colores .Sus amigos eran
hadas, duendes, árboles y todos los animales del lugar. Todo el bosque era
maravilloso.
Un día, se animó y voló muy cerca del reino. Los guardias del castillo
pensaron que él, lo quería atacar y
comenzaron a disparar flechas envenenadas.
Gastón se asustó mucho e intento escapar pero una flecha lo alcanzó…, atravesando
su ala y rápidamente comenzó a caer, caer y a caer.
Al despertar estaba en una pequeña cabaña. Se sintió extraño, liviano,
chiquito y al abrir sus ojos vio a una amable pareja de ancianos que le
preguntaron:
- ¿Cómo te llamas?
- Me llamó Gastón –dijo el
muchacho, que para su asombro ya no era un enorme dragón, sino un bello
hombrecito.
Los campesinos le preguntaron de
dónde venía, ya que nunca lo habían visto por el pueblo, Gastón les dijo que
venía del bosque encantado. De pronto la señora gritó:
-
¡Tiene la marca real! ¡Es el príncipe perdido!! Lo encontramos.
Los ancianos abrazaron al muchacho que no salía de su asombro. “¿Cómo
puede ser?”, dijo el joven, entonces le contaron su historia: “Cuando tú naciste
el palacio era una fiesta, tus padres estaban muy felices .Pero apareció en el
castillo el malvado brujo negro, él no soportaba la felicidad y el amor que se
tenían todos y para dañar al rey lanzo un hechizo terrible convirtiendo al
pequeño príncipe en una bestia temible, un dragón.
El brujo pensaba que como todo dragón al crecer volvería a destruir todo
el reino…pero no fue así .Tu corazón es puro y bueno. ¡¡El hechizo se
rompió!!!!
Enseguida los ancianos llevaron
al muchacho delante del rey…. que al verlo no dudo ni un instante ¡Era su mismo
reflejo!!
Y la felicidad volvió al reino… Gastón conoció a una hermosa princesa, se casó y
vivieron felices para siempre.
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