viernes, 6 de noviembre de 2015

La noche del terror por 5ºA

AUTORES:
Camila P
Morena T
Sebastián
Milagros R
Brandon
 Thiago
Rodrigo
5°A

Para nuestras seños Ale y Gladys

 Hace mucho tiempo en un pueblo muy chico que casi nadie conocía, llamado Quemen, un lugar totalmente abandonado, con muy pocos habitantes, la mayoría trabajaba en una mina cercana por lo que le quedaba cómodo vivir allí.
 Mabel estaba casada con Ramón y tenían dos hijos, Martín, de 12 años, y Nicol de 10, vivían en Buenos Aires, tenían una muy bonita casa en un barrio de Bernal, pero aquella tarde todo cambiaría para aquella familia.
 Ramón llegó de trabajar con una muy mala noticia, lo trasladarían a Quemen y si no aceptaba quedaría sin trabajo, mucho debatió la familia y al fin decidieron aceptar el cambio.
 Llego el día 1 de noviembre y emprendieron el viaje a su nueva casa, viajaron mucho de más está decir que los hermanos estaban muy tristes y no les gustaba nada dejar su casa, sus amigos, su escuela. Pero trataban que sus padres no lo notaran.
 Martin y Nicol eran muy unidos, al llegar a la entrada del pueblo el niño notó el miedo y la angustia que sentía su hermana y le tomó la mano. También,  ¿cómo no tener miedo? Si parecía un pueblo fantasma.
 Llegaron a la puerta de su casa. Puertas y ventanas negras, paredes bajas color azul oscuro, un jardín con pasto que parecía que se iban a perder en ellos. Los papás se miraron……
 Bueno dijo Mabel una podadora, una mano de pintura blanca y será un hermoso hogar. Martín pensó… ¡Mamá siempre tan positiva!
 La casa adentro no era muy distinta a lo que ya habían visto pero el empeño de la familia hizo que en cuestión de horas pareciera un bello hogar.
 Lo bueno de esta casa era la posibilidad de tener su dormitorio cada uno de los hermanos.
  Llegaron a la noche muy cansados. Después de cenar los papás comenzaron a lavar los platos y los niños se retiraron a descansar.
 Martín estaba profundamente dormido cuando apareció en su dormitorio una niña con un hermoso vestido blanco que lo agarró de la mano y lo llevó a un cuarto en el piso de arriba, él estaba paralizado con la belleza de la niña, le parecía imposible estar junto a alguien tan perfecto. Tenía unos ojos celestes que iluminaban hasta el lugar más oscuro. La joven todo el tiempo repetía por favor ayúdame, Martín ayúdame, ayúdame soy Anabel y no paraba de llorar.

 El niño prendió la luz del cuarto y vio cinco cuerpos degollados en el piso. Gritó y el resto de la familia se despertó sobresaltada, los papás subieron corriendo a ver qué pasaba, Nicol encontró a su hermano arrodillado en el piso llorando y repitiendo Anabel, Anabel…. Martín nunca volvió a ser el mismo.

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