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n un pueblo muy alejado vivía un
chico llamado Hernán. Hernán es un chico como vos y como yo, que decidió una
tarde lluviosa, contarme una hermosa historia que le ocurrió con su abuelo.
Un día su abuelo se va de viaje, no
sin antes contarle que tenía en su habitación una gran colección de monedas
antiguas de todos los lugares y países.
Antes de partir le pide a Hernán que
no las toque y menos que las desordene, pero la curiosidad puede más y decide
investigar dicha colección.
Entra a la habitación y ahí descubre
todas las monedas, con mucha emoción las ordena por tamaño, color, forma, hasta
que en un rincón observa un cofre muy bonito que le llama la atención.
Se dirige hacia él, lo abre y OHHH
SORPRESA!!!! Encuentra tres monedas. Las agarra y las observa con detenimiento.
Viene a su mente lo que su abuelo le había dicho
·
Hernán
¡No toques nada de lo que hay en mi habitación y menos lo desordenes!!!
¿Entendido?
Ya era demasiado tarde… Saca las
tres monedas del cofre, las mira y se las guarda en el bolsillo. Total el
abuelo en unos días no vendría, por lo que tenía tiempo de jugar un poco con
ellas.
Comienza con la primera que tiene de
un lado el sol y del otro la luna.
Ahí decide jugar con la moneda, la
lanza, cae del lado del Sol y Ohhhh…. SE HACE DE DÍA nuevamente.
Inesperadamente le suceden las
mismas cosas que esa mañana cuando se levantó. Lo despierta su mamá para ir al
colegio, escucha el canto de los gallos del vecino, se sienta en el mismo lugar
en el colectivo ¡Todo igual!!!!
La tira al aire y esta vez cae del
lado de la Luna.
¡Ahora es de noche!!!!!!
Con una mezcla de sorpresa y emoción
tira una y otra vez la moneda al aire y se da cuenta que de tantas veces que
ocurre el día y tantas veces la noche, las personas no pueden descansar, ni
dormir bien.
Así que decide tomar la segunda
moneda, ésta en cambio tiene de un lado una playa y del otro nieve.
Hace lo mismo que con la primera
moneda, la tira al aire y descubre que si cae la playa es Verano y si cae la
nieve automáticamente es Invierno.
Juega tantas veces con la moneda que
tanto cambio en la temperatura provoca en las personas enfermedades, por lo
cual decide dejarla a un lado y ver qué ocurre con la tercera moneda
Acá lo curioso es que en un lado
aparece un anciano y en el otro un niño…
En esta ocasión al
tirar la moneda cae del lado del niño y curiosamente aparece un chico de pelo
negro que le dice, advirtiéndolo, que piense muy bien lo que va a hacer. Que
piense muuuucho antes de volver a arrojar la moneda al aire.
Hernán,
sorprendido, le pregunta:
-¿Cómo es que sabes
de esto?, ¿nos conocemos?
Sin responderle el
otro niño permanece callado, lo cual inquieta y mucho a Hernán.
Le vuelve a repetir
-¿Cómo es que sabes
de esto?, ¿nos conocemos?
Y ahí el niño le
dice que no vuelva a tirar la moneda y las devuelva a Su Protector porque era
peligroso lo que podía suceder. Antes de irse le manda saludos a su abuelo.
Asustado decide regresar a su casa y
colocar las monedas en el cofre para que su abuelo no se dé cuenta.
Pero al rato de dejar las monedas
siente ruidos en la habitación del abuelo y pensando que era el niño de pelo
negro que lo había seguido y entrado, decide mirar por la cerradura y…
Sale el abuelo quien muy contento le
cuenta a su nieto que hacia unas horas había vuelto de su viaje y que estaba
feliz de volver a verlo.
En realidad ese niño de pelo negro
era, ¡el abuelo de Hernán!!!
Los dos en complicidad deciden
guardar ese secreto.
Hernán solo espera crecer para
convertirse en el Protector de esas monedas mágicas.
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